Sequia implacable, cambio climático sospechoso

Sequia implacable, cambio climático sospechoso

Galápagos tiene épocas secas y épocas húmedas. La vida así ha permanecido durante miles de años. Existen años particularmente lluviosos y cálidos, como aquellos que son afectados por el fenómeno conocido como «el niño». Existen también épocas de poca lluvia, como el que afecta a las islas desde los primeros meses del año hasta ya noviembre de 2016.

Se suponía que vendría un niño intenso con lluvias incontenibles, pero ese no el fue el caso. Luego de lluvias concentradas que dañaron inclusive la carretera principal en Santa Cruz los primeros días de enero, el clima se secó.  La temperatura del agua y del clima bajó como era previsto en septiembre, pero no llegó la habitual época de garúa. Existe un sospechoso para este inhabitual suceso: el cambio climático.

Y es que no es nuevo los efectos que está ocasionado el cambio climático en el mundo y en las islas Galápagos. La variabilidad del clima siempre ha existido, pero estos fenómenos extremos son nuevos, aún para las personas con memoria histórica más larga.

Los efectos son directos e indirectos. Posiblemente el sector que mayor impacto ha sentido es el ganadero y agrícola en las partes altas de las islas. Se podría pensar que esto no afecta mucho a Galápagos, pues la biodiversidad naativa y endémica no se encuentra en peligro directo, ya que la temperatura del agua baja sigue promoviendo la vida marina muy ligada a la vida costera; sin embargo, los efectos secundarios que se generan pueden transferir un impacto más sostenido no sólo a los agricultores y ganaderos, sino a toda la población humana y la biodiversidad nativa.

Un efecto importante radica en la relación que existe entre especies introducidas y producción de alimentos. Al secarse las partes altas de las islas, la ganadería ha colapsado. La agricultura se ha contraído. Areas sin producción son presas fáciles para la colonización agresiva de especies invasoras, como la mora. Cuando un agricultor y un ganadero tienen una economía estable, invierten en control de plagas invasoras con el fin de mantener sus potreros sanos y limpios. Con una economía colapsada, potreros perdidos, es probable que la invasión de plantas exóticas prospere con las primeras lluvias, ante la falta de control por parte de agricultores sin recursos para hacerlo. También un impacto potencial es la presión que existe para usar áreas del PNG en donde se encuentra pasto elefante, principal alimento del ganado. Otro efecto, es que ante la reducción de producción local, es necesario importar más productos orgánicos para satisfacer la demanda de la población y turistas, lo que provoca un incremento en el ingreso de especies exóticas.  La inseguridad alimentaria aumenta para toda la población, debido a la alta dependencia que se tiene de los medios de transporte marítimos que importan los alimentos.

Mientras la sequía continúa, el futuro se presenta con riesgos. Algunas preguntas quedan en el aire. ¿Que se podía haber hecho mejor en Galápagos para prevenir este problema actual?, ¿Después de la sequía vendrán posiblemente intensas lluvias: que problemas ocasionará? ¿estamos preparados para la época que se viene?. ¿Cuál es la mejor política de adaptación al cambio climático?
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Mientra escribo esto, una ligera llovizna amenaza pero no cumple. Todo vuelve a lo mismo de los últimos meses.

 

Por: Carlos Zapata Erazo

 

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Enio Martillo Ochoa

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